martes, 18 de noviembre de 2008

De otra galaxia y en otro planeta

El mensaje de mi jefe es claro: “Necesito que vayas a las 17.00 con un fotógrafo a Junín 627 (pasillo al fondo) para hacer una nota de Kung Fu. Viene un maestro de Buenos Aires” ¿¡Una nota acerca del Kung Fu!? Puede ser divertido, pienso. Un poco extraño para mi, pero divertido.

Salgo media hora antes. El sol parte el pavimento y me deshidrata lentamente. Si diría que en las diez cuadras que recorrí desde mi casa hasta el lugar de la entrevista me crucé con cinco personas, exageraría. El calor en el desierto tucumano me hace delirar: ¿Qué le pregunto? Ah… sí, los beneficios de la práctica del deporte (¡Un destello de originalidad!) ¿El profesor se parecerá a Van Damme? Obvio que no ¿Podrá hacer esa patada que salía en Karate Kid? No, ese es otro deporte me parece. En fin, prefiero escuchar música.

Al fin llego. Un profesor me está esperando en la puerta. Me advierte que el visitante, de apellido no sé qué, se iba a demorar. Perfecto, le digo. Mientras, le pido que me cuente quién es y por qué viene de Buenos Aires. “No tengo tiempo”, me responde en un tono poco amable. “Bueno, me voy a comprar pilas para el grabador”, le tiro un poco enojada. Mientras, le mando un mensaje a la fotógrafa: “Es en un pasillo, al fondo. Todavía no llegó el entrevistado”. Me responde al instante: “Estoy adentro, te espero ja ja ja” ¿Por qué se ríe? Minutos después lo entendí.

Las paredes del pasillo sinuoso que lleva al fondo -del que hablaba el mensaje- están pintadas de negro. En una de las curvas, miro hacia el techo para buscar luz y aire, pero nada. Hay un cráter enorme, alguien podría vivir en ese agujero, reflexiono ( otra vez los efectos del calor) . Arriba, muy lejos se ve un tinglado de chapas estilo queso gruyere. Me cruzo con unos chicos entusiasmados que se desintegran al final del túnel. Antes de la que parece la puerta principal, todo está forrado con papel de diario. Un extractor de aire que agoniza completa el cuadro. Entré y percibí algo extraño en el lugar.

Un poco aturdida por el cambio en la intensidad de la luz, registro primero lo obvio, lo que me grita ¡Aquí estoy!: unas fotos de Jackie Chan tapando un cartel de Salida de Emergencias, unas espadas, un par de esas estrellitas filosas de metal que los chinos se revolean en las películas de los domingos a la siesta, una declaración de principios con letras borrosas… En ese instante, aparece de nuevo el anfitrión poco amable. Debo esperar a que llegue el entrevistado, me recuerda.

Mi compañera está sentada en unas gradas. También me siento . De pronto, unas letras fosforescentes me llaman y despabilan ¿Qué dicen? Tengo que moverme para leer la palabra completa: Galáctica ¡Sí, la bailanta! Ahora todo cierra, hasta el cartel de Guardarropas que cuelga sobre nuestras cabezas. Un estallido de risas nos atraganta y los alumnos nos miran con cara de ¡Shhh!

Cuántas veces esos espacios habrán estado saturados de cuerpos sudorosos y bailarines. Ahora había otros que también lo son, pero las coreografías son distintas, más estudiadas, menos alcoholizadas. Alguien me deja sin tiempo para intercambiar más chistes fáciles. Ya llegó el maestro, me anuncian. Tres hombres se paran en una hilera frente al grabador ¿Cuál es el entrevistado? Segundo de duda. Uno de ellos es el poco amable de un párrafo más arriba, lo descarto. El otro es un poco más alto y atlético y creí que era él. Lo saludo y cuando le hablo de la nota, me interrumpe y me presenta al tercero, un gordinflón de bermudas al que ni siquiera había considerado. Mi cara me delata: “No practicamos el Kung Fu como deporte, sino como filosofía”, se presenta ¡Qué vergüenza!

Comienza la entrevista. Me aburro y la imaginación vuela, es inevitable. Imagino a mi interlocutor con un vaso de cerveza en la mano y sacando radiografías a cuanta chica se le cruza; tarareando un tema de Pocho La Pantera y en la cola de la barra para reponer su bebida. Basta, me tengo que concentrar porque él ya termina de responder mi brillante pregunta sobre los beneficios del Kun Fu ¿Qué diferencias hay con el Karate y el Tae Kwon Do?, intervengo. Se enoja un poco por mi ignorancia, pero contesta. Otra vez aparece la gente que baila, suena la Banda de Lechuga y las palmas arriba y el grito de las chicas solteras ¿Viste que las patadas son diferentes?, me saca del trance mientras señala a los alumnos. Claro, cómo no iba a notarlo. La transpiración que le cae de la frente empapa la mesa. Alguien acerca unas botellas con agua mineral. Pero estoy en otro planeta, hasta siento los diálogos de la gente. Después de un par de interrogantes poco profundos el maestro tiene que abandonarme para retomar la clase. Los aprendices siguen danzando mientras, ya en el pasillo, trato de hilar las respuestas del entrevistado con todo lo que había imaginado. Imposible ¿Una nota sobre Kung Fu en Galáctica? Demasiado bizarro.

17 comentarios:

María Abraxas dijo...

Simplemente maravilloso amiga. Como siempre. Me hiciste reír e imaginar cada rinconcito del bolichón, que debe ser tal cual lo describís. ¡Tá loco el maestro! ¡Cómo no vas a pensar en la cerveza mientras te habla de Kun Fu y la gota de su frente moja la mesa! Genial. Siga Képriel y no se demore en actualizar que a diario espero sus relatos. Te quiero mucho mucho!!

Joaquin de la Zerda dijo...

Buenisimoo Gaaa!! Me encantó como siempre. Estaba ansioso por un post nuevo. Quien como vos.. ¡Cuanta imaginación!!
A mi me huele a alta cumbiera vos no? jajaaja
Espero que en esta semana en Jujuy publiques mas seguido.
BESOTESS!!

Gaby Baigorrí dijo...

Amiga Luly, gracias. Juro que cuando me pasan estas cosas pienso en cuando volvíamos a la redacción y nos contábamos las aventuras del día. Gracias ¡Yo te quiero más!

Gaby Baigorrí dijo...

Gracias ¡Joa! Siempre tan bueno conmigo ¿Tengo pinta de cumbiera? Te voy a mataaaaar. Prometo publicar más seguido.
¡Besos!

Maby dijo...

Buenísimo Gaby! A mí me pasa siempre que estoy haciendo una entrevista que empiezo a relacionar cosas a partir de lo que el entrevistado me dice y termino en cualquiera! Mirá ese contexto, cómo no te vas a imaginar, decí que no largaste el grabador y te pusiste a bailar Cariño, de La Banda de Lechuga, alto tema, por cierto. Ja, un abrazo amiga querida.

Anónimo dijo...

Amigaaaaaaaa!!! quien te ha visto y quien te ve.... vossss en GALACTICA!!jajja!!! yo opino igual que Joako sos una alta cumbiera!! Admitilo de una vez!! jajja! Me encantó leerte de nuevo!!!
besos y abrazos!

Lu...

Gaby Baigorrí dijo...

Maby: creo que tengo un grave problema de falta de concentración jaja. Lu: ¡gracias! Pero no te sumes al delirio de Joaquín porfa. Me parece que los cumbieros son ustedes dos.
Besos

Anónimo dijo...

HERMANA SUELE SUCEDER JAJAJA, PAGARÍA POR HABERLO VISTO AL HOMBRECITO JAJA. Y BUÉ, UN HALLAZGO QUE LEA TU BLOGG O NO? PERO ALGUNA VEZ LO TENIA QUE HACER..LO QUE ME GUSTÓ ES SABER QUE NO SOLO SOS DISPERSA CON NOSOTRAS!!! JAJAJA, ES LA GA... TE QUIERO HERMANA! NO ME RETES SI REDACTE MAL!!

Anónimo dijo...

Sos una periodista talentosima Gabriela Baigorrì. Si tuviera un diario, te contratarìa sin pestañar. no cualquiera tiene un cargo de editor ni de corrector, al margen que tu prosa merece elogios.

Un saludo desde Bs As

Fran

Saudo dijo...

Gaby, perdón si me equivoco, pero esto ha sido lo mejor que te he leido. Es extraordinario. Los recursos que utilizaste para describir el ambiente, la situación, para hilvanar la historia... realmente estoy maravillado. Un beso, nos vemos.

Anónimo dijo...

Una nota sobre Kung Fu en Galáctica, con un maestro de Buenos Aires petiso y gordito... Bizarro, sí. Pero la descripción de todos los detalles ridículos fue lo divertido. Qué importa lo que haya dicho, si lo que mostró (y nos contaste) le dieron atracción al relato. Bravo, Gaby.

Anónimo dijo...

admito que me estoy empezando a volver fanático de tus textos!!!
el primero estaba bueno, pero este es excelente.
un abrazo y voy a pasar seguido

Gaby Baigorrí dijo...

¡Hola chicos! Muchas gracias por entrar y leer las pavadas que escribo. Fran, muchas gracias y avisame si ponés un diario :).Benja, objetivo (?) como siempre. Lorena: muchísimas gracias. Fede: muchas gracias por los elogios inmerecidos ¡Besos a todos!

Bruno Cirnigliaro dijo...

Para libro lo del gordito en la Gala!
Para libro tu forma de escribir!
Para libro!!!!!!!!!!!!

P/D: che, cerraron Galáctica o esa escuelita de artes marciales funciona de día, y la Gala de noche? Por favor, confirmame esto que es vital para mí!

Gaby Baigorrí dijo...

¡¡¡Gracias Bruno!!!Si no me equivoco, funciona todavía ahí. Pero creo que yo entré por la puerta secundaria. El otro día pasé y vi vallas sobre la ¿Maipú? Alguien que ayude... vamos, no se hagan los que no conocen jajaja

Anónimo dijo...

Me encantó tu relato!!!!son tan reales tus descripciones que me dio la impresión de estar ahi!al lado del gordito!!y lo vi con el vaso de cerveza!!ja ja yo tambien estuve en en la bailanta!!mucho talento desperdiciado mucha suerte bebé sos la mejor!!!tu mami

Anónimo dijo...

Maldita falta de Internet que me privó de leer tan magnífico texto! Sinceramente, es espectacular! Te lo digo en serio, objetivamente: brillante!! Definitivamente que lo escrito es lo tuyo, tenes muchísimo talento!
Bueno, me voy yendo... por ahora. Besos!